La
interpretación de las enseñanzas de Jesús
a la luz del Yoga resulta profundamente reveladora, nos permite
vislumbrar el estado de consciencia desde el que fueron dadas.
Más revelador aún resulta la comparación
de sus palabras con las de otras tradiciones espirituales;
a través de ella podemos percibir una misma Verdad
tras el ropaje de diferentes imágenes y símbolos.
El
Espíritu por definición no tiene forma; sin
embargo los que tuvieron la experiencia del Espíritu
intentaron posteriormente comunicarla a los demás a
través de formas e imágenes concretas, y transmitieron
también la manera de llegar a esa misma experiencia.
Desgraciadamente - por lo que parece ser parte de la condición
humana - los seguidores de aquellos acaban confundiendo el
mapa de carreteras con la realidad que representa, lo que
supone ritualizar, dogmatizar y sacralizar determinados símbolos,
y venerar y divinizar al mensajero, en vez de seguir sus pasos
y emular su realización espiritual. Esto es lo que
se suele llamar "religión institucionalizada".
Nada
hay más peligroso para una religión institucionalizada
que un místico, aquél que experimenta directamente
a la Divinidad, sin intermediarios: aquél que trasciende
la jerarquía, el rito o el dogma en el fuego de su
propia realización divina ("Para un sabio dotado
de visión espiritual, las escrituras tienen tanta utilidad
como un pozo que ha sido cubierto por una inundación",
Bhagavad Gita II.46). El mismo Jesús fue crucificado
porque amenazaba el orden religioso establecido, según
los fariseos y los "guardianes de la ley".
Sin
embargo, son estos místicos, en todas las culturas
y religiones, el referente para el buscador de la Verdad,
y no las diferentes jerarquías y autoridades religiosas,
frecuentemente más ocupadas en preservar unas tradiciones
y símbolos heredados (que sustituyen a la verdadera
experiencia espiritual directa) y en ampliar su propia influencia
y poder en la sociedad.
Enseñanzas
del buen pastor
Cristo, el buen pastor, y Krishna, el
pastor de Vrindaván, son figuras primordiales de la
espiritualidad en Occidente y en Oriente. Los Evangelios y
el Baghavad Gita son obras claves en la literatura espiritual
de la humanidad. No deja de ser sorprendente el paralelismo
entre ambas enseñanzas, que a veces usan incluso las
mismas palabras.
Estos
comentarios sobre enseñanzas de Jesús están
escritos desde la perspectiva de la práctica del Yoga,
y dirigidos - inicialmente - a aquellos practicantes de Yoga
que deseen integrar el mensaje de Jesús en su práctica,
o ver, de hecho, la integración que ya existe entre
ambos senderos, el Yoga y las enseñanzas del Maestro
de Nazaret. Para aquellos que ya hayáis leído
el libro "El yoga de Jesús" veréis
que estos comentarios profundizan más en lo que es
la experiencia del Yoga, y en los desafíos de su práctica.
Con
estos textos comparados no se busca un sincretismo espiritual,
lo cual no es posible, y ni siquiera deseable. No existe un
único enfoque espiritual ni un único camino;
como dijo Mira Alfassa, conocida como "la Madre":
"La relación que uno tiene con el Supremo nunca
tendrá un igual, nunca será exactamente igual
a la de otro. Si, mediante un desarrollo, uno es capaz de
entrar en contacto con la Verdad del propio Ser, uno está
inmediatamente en una relación única y exclusiva
con la Divinidad, que no tiene igual". Esta
diferencia de los diferentes enfoques espirituales es lo que
realmente nos enriquece a todos. De ahí el ideal indio
del Satsang o "compañía de la Verdad",
el ágape divino en el que se comparte la Verdad, llegando
a un entendimiento superior, a través de la comprensión
de los diversos puntos de vista. De ahí también
nace el ideal de "unidad en la diversidad".
Que
todos encontremos inspiración en las palabras de Jesús
y de Krishna para avanzar en nuestra experiencia y en nuestra
práctica, siguiendo los pasos del buen pastor, tanto
en Oriente como en Occidente.
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